Compasión: empatía y altruismo para una mejor salud social

¿En qué consiste el taller?

A diferencia de cómo se entiende la compasión en occidente, en las prácticas contemplativas la compasión es una combinación de empatía y altruismo. Sería la capacidad de reconocer y hacerse sensible a la experiencia de sufrimiento de otro, lo que es sinónimo de empatía, conjugándose con una actitud altruista, conectando con el deseo de que ese sufrimiento sea aliviado.

En el programa CCT, los participantes desarrollan la presencia, la empatía y el altruismo, a través de una progresión gradual de prácticas meditativas. También es utilizada la práctica informal, es decir, cualquier acción que sea un gesto de amabilidad hacia otra persona o hacia nosotros mismos. A la vez, durante el programa se facilitan espacios grupales y contenidos teóricos, para la reflexión y el diálogo sobre la actitud compasiva y su incorporación en la vida cotidiana.

Los estudios científicos sobre el cultivo de la compasión muestran beneficios en la persona que lo practica. Se asocia con una mayor capacidad de regulación emocional mejorando la respuesta al estrés o resiliencia, lo que da lugar a un aumento significativo del bienestar psicológico. Produce además un impacto favorable en la salud física, habiéndose observado con la práctica compasiva una mejor respuesta del sistema inmune. A su vez, mejora las relaciones interpersonales, aumentando la empatía y la compasión hacia el otro, al mismo tiempo que disminuye el distrés empático en las relaciones sociales.

Se ha demostrado que cultivar esa actitud hacia los demás es muy saludable, pero es especialmente significativo cuando se cultiva esa misma actitud hacia uno mismo. Favorece llevar ese trato amable y comprensivo hacia nuestra propia experiencia y sufrimiento. Esto nos previene de tratarnos con excesiva dureza, autocrítica y autoexigencia, lo que genera estados de rumiación de pensamientos negativos que arrastran con fuerza y nos aíslan de nuestro entorno.

La práctica es esencial pues desarrolla una activación de redes neuronales que progresivamente, se van asociando y ‘aprenden’ a descargarse juntas. De esa forma construimos ‘automatismos’, que son asociaciones que se generan entre grupos neuronales, para así reducir la energía y el tiempo que requiere poner en marcha estas actitudes hacia los demás, y hacia nuestra propia experiencia.